25 diciembre 2007

Hasta luego...



Este 2007 al que tan poco tiempo le queda, me deparó idas y vueltas en todos los ámbitos.
Es común (y a veces necesario) el balance que te puede llegar a desbalancear emocionalmente un poco, y es por eso que con el casco puesto, el corazón latiendo, la sonrisa dibujada, y el minibar abierto, acá estoy afinando el lápiz para ver el resultado de los últimos 365 días…


* Algunas alarmas comenzaron a sonar en mi esposa pero como el show debe seguir…
Y esa fue la razón de su último mes en cama y llena de una variedad de estudios que le arrojaron un estrés que parecía más bien un esnueve.
Por suerte ya está bastante recuperada y aprendida la lección de para qué sirven los frenos.

* “Un tropezón no es caída” reza un dicho campestre y popular.
No creo que lo conozca, por eso confío en que mi hermano se levante y comience con su verdadero andar.
Además cuenta con el apoyo de todos nosotros y eso tiene que pesar bien.

* Me despedí de la escuela con bronca y de mis alumnos con mucho dolor.
Pero la honestidad brutal mostró las transparencias de su ropaje y los chicos (y también yo, claro) aprendimos lo bueno de manejarse por las calles de la vida con la verdad, el respeto y la bondad.
(y algunos otros seguirán con sus clases con anteojeras o ejerciendo ceños fruncidos detrás de escritorios limpios)

* Fede comenzó el Jardín y nos llenó de cuentos, canciones, y dibujos varios que ahora adornan una de las paredes de casa.
Y el final de clases fue a todo ritmo y colores en un teatro de la zona mientras mi amado hijo bailaba junto a sus compañeritos las canciones de la comedia musical “Grease”.
(y fue inevitable las fotos movidas por la emoción)

* Luego del pausado parate laboral, apareció nuevamente el trabajo y llevo ahora en el cuerpo el cansancio que te hace feliz.

* La amistad sigue estando allá arriba y mis queridos amigos siguen alimentando una relación que me llena de orgullo.

* Y la escritura presente, siempre presente…
Porque por más que haya renunciado al diario y queden en la historia más de doscientos cuentos escritos con sus hogueras preparadas, también está el final de la novela encargada.
Sin embargo, el mundo blog estuvo presente e inundándolo todo (más allá de Speedy), y “Pálidos reflejos” pasó el primer año de vida lleno de ustedes, queridos lectores-escritores-amigos blogueros, y esto permitió el nacimiento a mitad de año de “Sentires y decires” con sus noticias dichas y sentidas.
Y es que si las plumas hacen cosquillas, las plumas con tintas dibujan sonrisas en el alma y afinan (un poco) los latidos del corazón.


El balance da positivo!
La familia está más unida que nunca y la casa sigue siendo un hogar.
Los errores fueron pagados y los vueltos devueltos.
Y el mundo sigue girando gracias a las pilas que se cargan con todo esto que algunos llaman con el nombre de “VIDA”.


Disculpen las ausencias sin olvidos y las visitas sin avisar.
Espero de corazón que terminen el año con todo y que el que comienza sea todo lo mejor que desean.
Ahora me estoy yendo unos pocos (pero necesarios) días de vacaciones.
Nos volvemos a ver el año que viene.
Hasta luego…

Gasper

19 diciembre 2007

Me pregunto...


¿Será verdad



que no existen



las preguntas



formadas



por once palabras?

10 diciembre 2007

Silencio, hospital


Recuerdo que te fui a buscar al hospital
Tan hermosa como tu inocencia perdida
Nunca podré olvidarte mientras te siga recordando
Y las lágrimas se vuelven a hacer presente hoy
Las palabras del médico fueron crudas pero verdaderas
Te ibas, te ibas y no volverías

Me dejabas tu ausencia
Sueños de veranos convertidos en inviernos
El aroma de tu piel sin tu piel en la cama
Las palabras del médico fueron crudas pero verdaderas
Te ibas, te ibas y no volverías

No demostré furia pero sí incomprensión
No entendía ni quería entender tu despedida
Las luces se volvían oscuras y en ellas me hundía
Las palabras del médico fueron crudas pero verdaderas
Te ibas, te ibas y no volverías

Vos te encontrabas junto a él y no decías nada
Yo pregunté por las causas sin poder entrar en razón
La respuesta era sencilla...
Ya nada sería como antes porque ya todo se había acabado

Entonces comprendí aquellas palabras...
Las palabras del médico, crudas pero verdaderas
Te ibas, te ibas y nunca más volverías...
Porque era del médico de quien te habías enamorado
Y una nueva vida junto a él comenzarías

04 diciembre 2007

Teléfono descompuesto


Banco de acento francés.
Empleado de seguridad con cara de pocos amigos
(porque con esa cara es seguro que debe tener muy pocos amigos)
Cola única para varios servicios…
(se entiende a qué clase de cola me refiero, no?)
Chica linda de pelo lluvioso y mirada peligrosa junto a joven acelerado con forma de ropero hablando en voz (demasiado) alta:
—…entonces se fue con Alex —le dice él sin dejar de moverse.
—¿Con Alex? —pregunta ella intentando saber quién es exactamente ese tal Alex.
—Sí, Alex. Vos lo conocés.
—¿Alexis?
—No, Alex.
—¿Uno morocho?
—No, uno flaco y alto.

(a continuación pasaré en cámara lenta la última parte del diálogo):

—¿Uno morocho?
—No, uno flaco y alto.


Justo me llamaron de la ventanilla para ir a cobrar un cheque que llevaba apretado en mi bolsillo, pero tenía ganas de preguntarle al ropero si había entendido la pregunta…
O si en su mundo no hay compatibilidad entre morochos y flacos y altos...
O si hay morochos flacos pero que no son altos…
O sí la altura provoca caspa...
O cómo contestaría si se le pregunta por un pelirrojo…

Realmente tenía ganas de hacerle un par de preguntas al respecto pero temí que ante alguna de ellas me respondiera:
—Las cinco menos cuarto.
Lo cual significaría el paso del tiempo y lo tarde que era para poder cobrar el cheque que llevaba apretado en mi bolsillo.