Sólo un sueño
Un día cualquiera. La ciudad como siempre.
Una sombra difusa caminando por la vereda de enfrente me llama la atención y me detengo a observarla.
De pronto descubro que se trata de mi suegra, y casi al mismo tiempo veo caer desde las alturas un piano sobre ella.
No escucho el impacto, pero sí música clásica que comienza a sonar invadiéndolo todo.
La gente indiferente se reúne a presenciar el desastre, la tragedia.
Un enorme piano destrozado y debajo una vida ya sin vida.
Y despierto…
Una sombra difusa caminando por la vereda de enfrente me llama la atención y me detengo a observarla.
De pronto descubro que se trata de mi suegra, y casi al mismo tiempo veo caer desde las alturas un piano sobre ella.
No escucho el impacto, pero sí música clásica que comienza a sonar invadiéndolo todo.
La gente indiferente se reúne a presenciar el desastre, la tragedia.
Un enorme piano destrozado y debajo una vida ya sin vida.
Y despierto…
Ya sentado sobre la cama siento todavía la agitación del inconsciente y de inmediato, lleno de angustia, comienzo a llorar.
Mi esposa se sobresalta al escuchar mi llanto y me pregunta qué me sucede.
Le cuento el sueño que acabo de tener sin poder dejar de temblar.
–Amor, no te preocupes –me dice ella intentando calmarme–. Fue sólo un sueño.
–Es que parecía tan real –le respondo como puedo–, y es por eso que lloro. Porque fue sólo un sueño, sólo un hermoso sueño.
Mi esposa se sobresalta al escuchar mi llanto y me pregunta qué me sucede.
Le cuento el sueño que acabo de tener sin poder dejar de temblar.
–Amor, no te preocupes –me dice ella intentando calmarme–. Fue sólo un sueño.
–Es que parecía tan real –le respondo como puedo–, y es por eso que lloro. Porque fue sólo un sueño, sólo un hermoso sueño.