25 octubre 2006

Efeméride

Podría mentir y decir que recién cuando me levanté a la hora de los regresos borrachos de otros tiempos, al ir a buscar el desayuno en cuotas a la cocina, al arrancar la hoja del almanaque, me di cuenta que hoy era el día de un (posible) nuevo aniversario.

Es que hace ya varios años, dentro de un tiempo incalculable e inestable, sin cálculo ni redes me encontré de manera sorpresiva con tu mirada chocando con la mía. Tu sonrisa dulce, mi gesto exagerado, tu pelo en movimiento, mi saludo caballero, tus palabras suaves, mi respuesta sincera, tu perfume invasor, mi piropo improvisado, tu timidez fingida, mi paso hacia delante, y finalmente nuestro encuentro en forma de beso y el comienzo sin final a la vista de cualquier horizonte lejano.
El cielo se encontraba totalmente despejado al igual que tu mirada inmortal y la primavera, a la que todavía le faltaban un par de estaciones para llegar, se dejaba sentir en el aire que respirábamos y nos envolvía.

Sí, un día como hoy fue el comienzo de nuestra relación, tan intensa, tan inocente, tan dolorosa, tan cruel, tan verdadera, tan especial. Los diarios con sus titulares color sangre no nos interesaban. La burbuja andaba a la perfección y en ella recorríamos un mundo armado a nuestra medida y gustos. Los libros empezaban a acumularse formando una montaña de trabajos atrasados, y desde ahí arriba nos podían ver los demás mortales que nos arrojaban sus envidias inmortales como afiladas jabalinas de juegos griegos. Y nosotros, ocupados en otras cuestiones que tenían que ver nada más que con nosotros, no alcanzábamos a esquivar algunos lanzamientos certeros y las heridas comenzaban a desnudarse. Pero seguimos avanzando por un camino que de pronto se hizo cuesta arriba y nosotros empecinados en ascender mientras nos divertíamos con las cosas sencillas de este universo complicado. Una estrella fugaz, un café con crema, una plaza deshabitada, un llamado interrumpido, un disco acompañado, una canción desesperada, una mascota de peluche, un caramelo sin envoltorio, un chocolate relleno, un bar de mesas reservadas, un paseo en colectivo, una caminata lunar, un beso sin explicación.

Un día como hoy, y durante un tiempo sin cuentas, arrojamos los relojes al fuego. Los días, las tardes y sus iluminadas noches eran nuestras por contrato. Las dos firmas y la letra chica sin necesidad de lectura. El comienzo de una nueva época que no alcanzó a dar inicio nos encontró envueltos entre sábanas y rodeados por paredes blancas. De fondo, una radio olvidada anunciaba un nuevo gol que luego sería anulado por posición adelantada. Pero nosotros lo festejamos de igual manera saltando por entre los adoquines, sentados en un escalón que no lleva a ninguna parte, hablando durante largas horas a larga distancia, con algunos sueños convertidos en sueños para siempre, con el abrigo de la soledad durante las noches que llegaban con un frío de inviernos crudos.
El abismo nos invitaba a pasar y tan inconscientes como nuestros paracaídas sin usar, dimos un paso al frente y en caída libre. Otras hinchadas festejaron y nos mezclaron con sus falsas banderas. Un nuevo mundo de multitudes nos separaron. Quedamos muy lejos el uno del otro. Las llamadas no eran contestadas. Las cartas no eran leídas. Los gritos no eran escuchados. Las palabras no eran comprendidas. Las miradas no se alcanzaban a encontrar.
Y todo se agudizó cuando una sombra te cubrió con una realidad que no era la que buscabas (a lo largo de la historia de la humanidad siempre existieron buenos vendedores de espejitos) y vos te fuiste con tus lentes de sol.

A diferencia de aquel día que dio principio a tantos finales, ahora por la ventana veo llover. Cuando no hay música acorde, siempre la lluvia pone su sonido de fondo, húmedo y oportuno, para momentos de esta naturaleza. Y esta escenografía que ahora me acompaña me obliga a preguntarme por vos… ¿Dónde estás? ¿Qué es de tu vida? ¿Alguna vez volví a pasar por tu mente? ¿Te acordaste de algo cuando descubriste la fecha de hoy en el almanaque? ¿Pensaste alguna vez en…?

Hoy me levanté pensando que iba a ser un día igual a los demás días sin distinción alguna, pero el almanaque me demostró lo contrario. Hoy es el aniversario de una fecha especial para nosotros, pero por suerte ya no le doy importancia. Después de mucho tiempo, por fin logré sacarte completamente de mi cabeza, de mi vida, de mi alma.

Después de ver la fecha marcada en el almanaque y mientras por la ventana se puede observar la lluvia que continúa cayendo en forma de lágrimas (vaya coincidencia), puedo asegurar que ya no me afectan los días, como el de hoy, en los que tu imagen se aparece nuevamente en mi vida para recordarme mis supuestos olvidos sobre aquel pasado que alguna vez tuvimos en común. Aunque el almanaque, aunque la fecha, aunque la lluvia, aunque los recuerdos, aunque estas lágrimas insistan en querer demostrar todo lo contrario.

21 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Están tus letras para constatar la belleza de tus sentires.

Abrazo

Anónimo dijo...

Yo sé que existo porque tú me imaginas. Pero si tú me olvidas quedaré muerto sin que nadie lo sepa”.
Escribes muy bien..yo trato de hacerlo, me gusta escribir y soy bloguera de un peródico local en Miami
Saludos de una argentina

poca luz dijo...

...yo sentí así. Y pese a la fecha, a la lluvia, a los recuerdos y a las lágrimas o quizás gracias a ...que afotunada soy por haberlo sentido!!
Bellísimo escrito.

Anónimo dijo...

una linda, real y conocida historia, cuándo las miradas comienzan a no encontrarse, en qué minuto caen las sombras? será lo inevitable? hay historias destinadas al recuerdo?
un abrazo con lluvia (por aki también llueve, escucho el viento)

Anónimo dijo...

y al final es apenas un numerito impreso en un papel y nosotros... nosotros somos todos maquinitas del tiempo a veces dándonos cuerda pero para atrás. ayer llovió. y hoy está preciosopreciosoprecioso.

beso

Gasper dijo...

Clarice: Bueno, creo que lo más importante es que las letras estén. Después veremos qué hacemos con cada sentir.
Te mando un beso sentido

Soleil: Bienvenida al barrio, desde aquellas playas que alguna vez visité.
Me gustó mucho esa frase que escribiste. Tiene la fuerza de una verdad indiscutible y fantástica al mismo tiempo.
Te mando un beso argentino

Nadaquedemostrar: Es verdad! Sos tremendamente afortunada de haberlo sentido. Y gracias por el piropo.
Te mando un beso con fortuna

Lis: Hay tantas historias para contar que por eso me gustaría ser inmortal, aunque sea hasta que me muera.
Te mando un beso en gotitas

Penélope: Como dijo mi amigo Andrés: "Para no ser un recuerdo hay que ser un reloco".
Pero es que hay recuerdos tan lindos que sería una verdadera picardía olvidarlos.
Te mando un beso como el tiempo

Rodrigo: Lamento el bajón ocasionado. Pero indudablemente eligió una buena canción para tener de fondo mientras leía alguna efeméride.
Le mando un abrazo para levantar

Unknown dijo...

Qué melancolía...y leerlo mientras miro llover por mi ventana...


Besoss!

Anónimo dijo...

Gasper, señor... che, tenes la cura para poder borrar del corazon amores pasados? Aceptas tarjeta? Cuantos pagos sin intereses?
¿Por que no existe Lacuna??

Lluvia-lagrimas-lluvia. Linda evolucion. Yo me quede por la mitad.

Un abrazo.

Clau dijo...

Gasper, muy bueno, y la verdad que justo hoy con este montevideo lluvioso y tranquilo, y la musica que estaba sonando, se me pianta un lagrimón... y a quien no?
Gracias y saludos

Gasper dijo...

Checha: Sip, la lluvia se transformó en la música de fondo adecuada para todo esto que a veces nos pasa.
Te mando un beso con lluvia de fondo

JIVA: Jamás podría olvidar o borrar un amor pasado.
Te mando el presente abrazo

Clau: ...y la lluvia intentando camuflar esas lágrimas que salen disparadas.
Te mando un beso de gotas compartidas

Anónimo dijo...

muy bueno gasper!
yo lo lei con un tema alegre de los fabulosos por eso no decai.
abrazo de vicentico cantando basta de llamarme asi

Anónimo dijo...

te sigo desde miami

Silvana dijo...

Malditos dias de lluvia!!!!
Es casi imposible no recordar, se vuelven melancolicos...puf
Lo bueno es recordar que fuimos amados y cuanto amamos

Besos!

Gasper dijo...

J.P.Castel: Fabuloso tema el elegido y me alegro que te haya gustado la historia escrita.
Te mando un abrazo de conversación nocturna

Soleil: No me sigas... acompañame.
Además ya sabés que yo también ando por ahí.
Te mando un beso con sonidos de pasos que se acercan

Neonativa: A veces creo que la función de la lluvia es precisamente esa... Que no olvidemos los buenos recuerdos.
Te mando un beso de lluvia de domingo

Anónimo dijo...

gracias por tu visita, y espero que encuentres el amor pronto
Saludos desde miami

Amaranta dijo...

Así, como al voleo, la incoincidencia entre el propósito y las huellas mnémicas de una ausencia que se resiente; la nostalgia, es hoy una de las cosas que más me conmueve...
En suma, entre este relto y mi sentir actual hay una grata sintonía.
Gracias por el guiño que me llevó a tu blog

Gasper dijo...

Sin nombre: El amor ya lo encontré hace rato y también lo tengo.
Y gracias por tu saludo... desde allá.
Te mando un beso por AA

Amaranta: Será que la sintonía del amor y del desamor se encuentran en la misma frecuencia.
Y por otra parte la nostalgia nos convierte en seres tan vivos...
Te mando un beso lleno de guiños

Anónimo dijo...

Gasper, buenas! Me tenes que ayudar, como hiciste para poner la foto en tu profile??? con el Hello? te pregunto porque ese maldito programa no me deja logearme a la version beta de blogery por lo tanto no la puedo poner... como hagoooo???

GRACIAS!

Gasper dijo...

Emmanuel: Sip, tenés mucha razón (y pasión) en lo que decís, pero igual lo siento mucho, y a veces demasiado.
Te mando un besote de hermano que siento que estés tan lejitos

Virginia dijo...

una amiga mía dice que las fechas "van por debajo" y que a veces no sabés en qué día vivís ni que te pasa y te sentís como desajustado y cuando mirás el almanaque todo tiene una explicación clar y sencilla de miles de recuerdos que vienen a apretarse 3 segundos en la garganta y cuando (en esa velocidad loca que tiene el tiempo) parece que vas a ahogarte, mirás para un costado y ves algo, cualquier objeto que te recuerda lo lejos que ya estás de aquello (o de aquél, o de aquélla) y entónces el oxígeno vuelve a hinchar los pulmones.

te mando un beso de recuerdos, me gusta muchísimo tu blog

Vir

Gasper dijo...

Virginia: Entiendo lo que me decís, pero sabés qué me pasa?
Doy vuelta la hoja del almanaque... y sigue ahí...
El recuerdo sigue ahí...
Su imagen sigue ahí...
Ella sigue ahí...

Te mando un beso sin tiempos, y gracias por los piropos escritos